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Accesos Vasculares

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La demanda por dispositivos implantables semi-permanentes y permanentes para acceso vascular en pacientes con cáncer se ha incrementado en los últimos años debido a la facilidad de colocación, comodidad en el uso y la baja morbilidad en pacientes que ameritan toma de muestras e infusión frecuentes de quimioterapia, antibióticos, productos sanguíneos y en algunos casos nutrición parenteral

Según varios estudios dentro de las principales molestias en los pacientes con diagnósticos oncológicos se encuentra la punción venosa múltiple y los problemas que a ello se enfrentan cotidianamente. Para estos pacientes frecuentemente el tratamiento conlleva una serie de complicaciones que se inician con la esclerosis venosa y finalizan con la flebitis y trombosis, y la incapacidad de terminar sus tratamientos debido a la falta de acceso vascular.

 

El riesgo de extravasación de quimioterapia con las complicaciones relacionadas locales, regionales y sistémicas, es otra razón de peso para la utilización de estos puertos implantables. Frecuentemente estas complicaciones se asocian a una más importante, el retraso en el tratamiento.

 

Un puerto es un sistema implantable que consiste en una membrana de silicón envuelta en un material biocompatible que puede ser titanio o, en el caso de los sistemas venosos, titanio recubierto de un plástico ligero llamado polisulfona.

Esto forma una caja pequeña y liviana que llamaremos reservorio la cual se coloca debajo de la piel generalmente en el tórax del paciente. Este reservorio se conecta de manera segura y confiable a un catéter que puede ser de silicón o de poliuretano. Así, por debajo de la piel, el catéter es conducido e instalado en una vena central,  con la finalidad de llevar el medicamento indicado, al sitio adecuado, en forma rápida y eficiente y con solamente una punción casi indolora sobre la piel.

Para acceder a la membrana de silicon a través de la piel se requiere de una aguja tipo HUBER® o GRIPPER®. La elección correcta del tipo de aguja, dependerá del tipo de medicamento y forma de administrar el mismo. Cuando la inyección del medicamento es continua y sin interrupciones se recomienda el uso de la aguja GRIPPER®. En cambio si el tratamiento es no continuo, es decir se inyecta con una jeringa, o se trata de una extracción de sangre, o la duración de la administración del medicamento será corta y no se repetirá pronto, entonces se recomienda utilizar una aguja

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